centered image

Cómo la Toma de Decisiones Compartida Mejora la Atención Médica

Discussion in 'El Foro Médico' started by medicina española, Sep 24, 2024.

  1. medicina española

    medicina española Golden Member

    Joined:
    Aug 8, 2024
    Messages:
    8,512
    Likes Received:
    0
    Trophy Points:
    11,940

    La toma de decisiones compartida basada en buena información y preferencias personales en la atención médica
    En el ámbito de la atención médica, la toma de decisiones compartida (TDC) ha emergido como un enfoque fundamental para lograr una atención centrada en el paciente. Este proceso involucra a los profesionales de la salud y a los pacientes en un diálogo colaborativo, con el objetivo de alcanzar decisiones informadas que se alineen con las preferencias, valores y expectativas individuales de los pacientes. Para que este proceso sea eficaz, es indispensable que las decisiones se basen en una información clínica sólida y en un entendimiento profundo de las preferencias personales del paciente. Esta metodología no solo promueve mejores resultados clínicos, sino también una mayor satisfacción del paciente.

    El fundamento de la toma de decisiones compartida
    La TDC se basa en tres pilares principales: la información basada en evidencia, la exploración de preferencias personales y la colaboración activa entre el médico y el paciente. Estos elementos son esenciales para equilibrar las recomendaciones clínicas con las expectativas y deseos individuales del paciente.

    Información basada en evidencia
    El primer pilar de la TDC es proporcionar información clínica actualizada y basada en evidencia. Los médicos tienen la responsabilidad de estar al tanto de las últimas investigaciones científicas y guías clínicas en su especialidad. Esto implica integrar estudios científicos, datos clínicos y la experiencia profesional para ofrecer al paciente un panorama completo y detallado de las opciones de tratamiento disponibles.

    Un ejemplo común de TDC es en el manejo de condiciones crónicas como la diabetes tipo 2. Supongamos que un paciente recién diagnosticado está considerando varias opciones de tratamiento, como medicamentos orales, insulina o cambios en el estilo de vida. En este caso, el médico debe presentar información clara sobre los beneficios y riesgos de cada opción, respaldada por estudios y guías actualizadas, permitiendo al paciente entender las implicaciones de cada decisión.

    Es vital que la información sea presentada en un lenguaje accesible, evitando tecnicismos médicos que puedan generar confusión. Además, la información debe ser imparcial y reflejar las incertidumbres clínicas cuando sea necesario. Por ejemplo, si dos tratamientos tienen tasas de éxito similares, el médico debe dejar en claro que no existe una opción claramente superior y que la decisión depende de otros factores, como las preferencias del paciente o el perfil de efectos secundarios.

    Comprender las preferencias personales
    El segundo pilar fundamental es la identificación y comprensión de las preferencias personales del paciente. Las decisiones médicas no solo deben estar basadas en datos objetivos, sino también en los valores, deseos y circunstancias únicas de cada individuo. Para lograr esto, es crucial que los médicos mantengan un enfoque empático y centrado en el paciente.

    Por ejemplo, en el tratamiento del cáncer, algunos pacientes pueden priorizar la calidad de vida sobre la cantidad de años vividos, mientras que otros pueden preferir tratamientos más agresivos con la esperanza de aumentar la supervivencia, a pesar de los efectos secundarios. Estas decisiones son profundamente personales y no pueden ser evaluadas solo desde una perspectiva médica. El papel del médico es facilitar una conversación abierta y honesta sobre las expectativas del paciente, sus miedos y sus prioridades de vida.

    El uso de herramientas de ayuda a la decisión, como cuestionarios sobre preferencias, puede ser útil para explorar estas áreas. Estas herramientas ayudan a clarificar lo que más valoran los pacientes, ya sea reducir el dolor, preservar la funcionalidad, o minimizar las intervenciones invasivas.

    Colaboración activa en la decisión
    La toma de decisiones compartida no se trata simplemente de que el paciente elija un tratamiento después de recibir información, ni de que el médico imponga su recomendación. Se trata de un proceso bidireccional donde ambas partes trabajan juntas para llegar a una conclusión que refleje tanto el conocimiento médico como las preferencias del paciente.

    Un error común es pensar que la TDC se limita a un enfoque "democrático" donde el paciente toma la decisión final sin guiarse por el profesional de la salud. En realidad, la TDC es una conversación continua en la que ambos lados contribuyen a la toma de decisiones. El médico, con su conocimiento clínico, y el paciente, con su conocimiento sobre sus propias prioridades y estilo de vida, juntos forman un equipo que busca la mejor opción disponible.

    En situaciones complejas, como las decisiones en cuidados paliativos o las cirugías electivas, este enfoque resulta indispensable. Por ejemplo, en el caso de una cirugía de cadera, algunos pacientes pueden preferir postergar la operación debido a miedos relacionados con la rehabilitación, mientras que otros pueden optar por intervenir de inmediato. Aquí, el papel del médico es no solo explicar los riesgos y beneficios de cada opción, sino también ayudar al paciente a reflexionar sobre cómo estas elecciones impactarán en su calidad de vida a corto y largo plazo.

    Barreras y soluciones en la toma de decisiones compartida
    A pesar de las claras ventajas de la TDC, existen barreras que pueden impedir su implementación efectiva. Entre las principales dificultades están la falta de tiempo en las consultas, la falta de formación específica en TDC por parte de los médicos, y la variabilidad en el acceso a información clara y basada en evidencia. Además, algunos pacientes pueden no sentirse cómodos tomando decisiones complejas sobre su salud o pueden delegar totalmente la responsabilidad en el médico.

    Falta de tiempo
    Uno de los mayores obstáculos es la presión de tiempo en las consultas médicas. La TDC requiere un diálogo extenso que muchas veces no se puede lograr en una consulta de 10 o 15 minutos. Para abordar este desafío, algunos sistemas de salud han adoptado enfoques de consulta estructurada, en la que el paciente recibe información anticipada antes de la consulta, permitiéndole reflexionar sobre sus opciones.

    Otra estrategia es el uso de tecnología para facilitar el proceso. Herramientas digitales que presentan información clara y permiten al paciente evaluar opciones en casa, antes de su consulta, pueden hacer que las discusiones en persona sean más eficientes.

    Falta de formación en TDC
    Muchos médicos no reciben formación formal en toma de decisiones compartida. Sin embargo, esto está comenzando a cambiar, ya que más escuelas de medicina están incorporando habilidades de comunicación y toma de decisiones centradas en el paciente en su plan de estudios. Las sesiones de formación continua también son esenciales para mantener a los médicos actualizados en cómo implementar la TDC en su práctica diaria.

    El papel de la formación es clave para fomentar un cambio de paradigma, donde los médicos pasen de ser "autoridades" que toman decisiones por sus pacientes, a ser "facilitadores" que guían a sus pacientes en la toma de decisiones bien informadas.

    Acceso a información confiable
    Finalmente, es importante garantizar que tanto los médicos como los pacientes tengan acceso a información de alta calidad y comprensible. Las guías clínicas, los estudios comparativos y las revisiones sistemáticas deben estar fácilmente disponibles, pero también deben estar presentadas de manera que sean útiles para el paciente. La literatura médica a menudo es demasiado técnica para los pacientes, lo que crea una desconexión entre la información disponible y su aplicabilidad en la toma de decisiones.

    Para superar esta barrera, algunas organizaciones han desarrollado recursos que resumen la información médica en un formato amigable para el paciente. Un ejemplo de esto son los resúmenes de guías prácticas que están diseñados específicamente para facilitar el entendimiento por parte de los pacientes, ayudando a que participen activamente en la TDC.

    Beneficios para el paciente y el sistema de salud
    La toma de decisiones compartida no solo mejora la experiencia del paciente, sino que también beneficia al sistema de salud en general. Los pacientes que participan activamente en su cuidado tienden a estar más satisfechos con los resultados y es menos probable que se arrepientan de sus decisiones, ya que sienten que han tenido un papel importante en el proceso. Además, los estudios han demostrado que la TDC puede reducir la cantidad de tratamientos innecesarios y mejorar el cumplimiento del tratamiento.

    En un contexto más amplio, la TDC también promueve un uso más eficiente de los recursos del sistema de salud. Cuando los pacientes toman decisiones informadas, es menos probable que opten por tratamientos invasivos o costosos que no se alinean con sus deseos personales, lo que puede reducir el uso de recursos médicos innecesarios.

    Herramientas y estrategias para implementar la TDC
    Para que la TDC sea efectiva, es necesario utilizar herramientas y estrategias adecuadas. Entre ellas se incluyen:

    • Decididores de opciones: Son formularios o plataformas en línea que permiten al paciente comparar diferentes opciones de tratamiento basándose en su efectividad, efectos secundarios y costos.
    • Consultas preparadas: Proporcionar a los pacientes material educativo antes de la consulta puede hacer que el tiempo en la consulta sea más productivo.
    • Formación continua: Los médicos deben actualizarse constantemente en las habilidades de comunicación necesarias para implementar la TDC de manera efectiva.
     

    Add Reply

Share This Page

<