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Impacto de la Terapia Hormonal en el Riesgo Cardiovascular y Oncológico

Discussion in 'El Foro Médico' started by medicina española, Oct 1, 2024.

  1. medicina española

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    Posibles complicaciones de la terapia hormonal

    La terapia hormonal, también conocida como terapia de reemplazo hormonal (TRH), es un tratamiento ampliamente utilizado en diversas situaciones médicas, incluyendo la menopausia, la disforia de género y el tratamiento de ciertos tipos de cáncer. Si bien esta terapia puede ofrecer beneficios significativos para los pacientes, es esencial que los médicos y los profesionales de la salud estén plenamente informados sobre las posibles complicaciones que pueden surgir durante su administración. A continuación, se abordarán los posibles efectos adversos y complicaciones de la terapia hormonal desde una perspectiva médica, basados en la literatura científica y la experiencia clínica.

    1. Trombosis venosa profunda y embolia pulmonar
    Uno de los riesgos más discutidos y estudiados de la terapia hormonal, particularmente en las mujeres menopáusicas que reciben estrógenos, es el aumento del riesgo de trombosis venosa profunda (TVP) y embolia pulmonar (EP). El mecanismo por el cual se produce este riesgo se debe a la alteración del equilibrio de los factores de coagulación, lo que puede predisponer a la formación de coágulos sanguíneos.

    El riesgo varía según la vía de administración. Las terapias orales de estrógenos han demostrado estar más asociadas con el riesgo de trombosis en comparación con las formas transdérmicas o tópicas. En estudios de cohorte, se ha documentado un aumento del riesgo de TVP en pacientes que reciben terapia hormonal combinada de estrógenos y progestágenos. Sin embargo, el uso de estrógenos transdérmicos parece estar asociado con un menor riesgo trombótico.

    Los pacientes con antecedentes de trombosis, factores de riesgo como obesidad, inmovilización prolongada, cirugías recientes, o aquellos con trastornos hereditarios de la coagulación, deben ser evaluados exhaustivamente antes de iniciar una terapia hormonal.

    2. Cáncer de mama
    El vínculo entre la terapia hormonal y el cáncer de mama es un tema que ha sido objeto de estudios extensivos. Las evidencias sugieren que el uso prolongado de la terapia hormonal, en especial la que combina estrógenos y progestágenos, puede aumentar el riesgo de cáncer de mama invasivo. El estudio Women’s Health Initiative (WHI) demostró que las mujeres posmenopáusicas que recibieron una combinación de estrógenos y progestágenos tuvieron un mayor riesgo de cáncer de mama en comparación con aquellas que no recibieron tratamiento hormonal.

    Por otro lado, el uso de estrógenos solos en mujeres que han tenido una histerectomía no ha mostrado un aumento significativo del riesgo de cáncer de mama. Es importante tener en cuenta la duración de la terapia hormonal, ya que el riesgo parece aumentar con tratamientos de más de cinco años.

    Además, para pacientes transgénero que reciben terapia hormonal a largo plazo, los datos sobre el riesgo de cáncer de mama aún son limitados, pero se recomienda una vigilancia estrecha y seguimientos periódicos con mamografías.

    3. Enfermedad cardiovascular
    La relación entre la terapia hormonal y la salud cardiovascular es compleja y depende de varios factores, incluyendo la edad de inicio del tratamiento, la vía de administración y el tipo de hormonas utilizadas.

    En mujeres posmenopáusicas, el uso de estrógenos ha sido vinculado con un aumento en el riesgo de accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos, especialmente si la terapia se inicia después de los 60 años. Sin embargo, cuando la terapia hormonal se inicia al principio de la menopausia (antes de los 60 años o dentro de los 10 años desde la menopausia), parece haber un beneficio cardiovascular potencial al reducir los niveles de colesterol LDL y mejorar la función endotelial.

    Para las personas transgénero, el riesgo cardiovascular puede variar según el tipo de hormonas utilizadas. Las mujeres trans que toman estrógenos podrían experimentar un aumento en los niveles de triglicéridos y un mayor riesgo de eventos tromboembólicos. Por otro lado, los hombres trans que reciben testosterona pueden tener un riesgo elevado de desarrollar hipertensión y dislipidemia.

    4. Cáncer de endometrio
    El cáncer de endometrio es otra preocupación cuando se administra terapia hormonal, especialmente en mujeres posmenopáusicas que reciben terapia con estrógenos sin la adición de progestágenos. Los estrógenos no contrarrestados pueden estimular la proliferación del endometrio, lo que aumenta el riesgo de hiperplasia endometrial y carcinoma de endometrio.

    Por esta razón, a las mujeres con útero intacto que reciben terapia de estrógenos se les recomienda añadir un progestágeno para reducir este riesgo. Las combinaciones de estrógenos con progestágenos han demostrado reducir de manera significativa el riesgo de cáncer de endometrio en comparación con el uso de estrógenos solos.

    Para los pacientes transgénero, las personas transmasculinas que han retenido su útero y reciben testosterona pueden tener un riesgo reducido de cáncer de endometrio debido al efecto supresor de la testosterona sobre el endometrio. Sin embargo, este riesgo no se elimina por completo y se recomienda un seguimiento adecuado.

    5. Impacto en la salud ósea
    La terapia hormonal puede tener efectos tanto positivos como negativos sobre la salud ósea. En mujeres posmenopáusicas, el uso de estrógenos ha demostrado ser beneficioso para la prevención de la osteoporosis, ya que los estrógenos juegan un papel clave en la preservación de la densidad ósea. De hecho, la terapia hormonal se ha utilizado como tratamiento para la prevención de fracturas osteoporóticas en mujeres posmenopáusicas con riesgo elevado.

    No obstante, los hombres trans que reciben testosterona también pueden beneficiarse de un aumento en la densidad ósea, mientras que las mujeres trans que reciben estrógenos pueden experimentar una preservación de la masa ósea similar a la observada en mujeres cisgénero.

    El cese abrupto de la terapia hormonal, ya sea en mujeres menopáusicas o en personas transgénero, puede conducir a una rápida pérdida de densidad ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas.

    6. Efectos en la función hepática
    El uso de estrógenos orales, en particular, se ha asociado con cambios en la función hepática. Los estrógenos orales son metabolizados por el hígado, lo que puede resultar en un aumento de la producción de proteínas como la globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG), factores de coagulación y triglicéridos.

    En algunos casos, este proceso puede generar una mayor carga para el hígado y provocar una elevación de las enzimas hepáticas. Por lo tanto, se recomienda tener precaución en pacientes con enfermedades hepáticas preexistentes, y podría considerarse el uso de formas no orales de terapia hormonal en estos casos.

    7. Efectos sobre la salud mental
    El impacto de la terapia hormonal en la salud mental es multifacético. En mujeres menopáusicas, algunos estudios han sugerido que la terapia hormonal puede mejorar el estado de ánimo y reducir la incidencia de síntomas depresivos. Esto es particularmente relevante en las mujeres que experimentan cambios de humor asociados con la menopausia.

    Sin embargo, en personas transgénero, el impacto psicológico de la terapia hormonal puede variar. Las personas trans que reciben terapia hormonal pueden experimentar mejoras significativas en su bienestar emocional y calidad de vida. No obstante, algunas personas pueden enfrentar desafíos relacionados con la adaptación a los cambios físicos y hormonales, lo que podría exacerbar la ansiedad o la depresión.

    8. Riesgo de infertilidad
    La terapia hormonal puede afectar la fertilidad, un aspecto particularmente importante para personas jóvenes que están considerando transiciones hormonales o mujeres que comienzan la TRH en edades más tempranas. En los hombres trans que toman testosterona, el efecto supresor de esta hormona sobre la ovulación puede reducir la fertilidad, aunque no la elimina completamente.

    En las mujeres trans, el uso prolongado de estrógenos y bloqueadores de la testosterona puede reducir la producción de esperma, lo que afecta su capacidad para tener hijos biológicos. En ambos casos, es fundamental discutir opciones de preservación de fertilidad, como la criopreservación de óvulos o esperma, antes de iniciar la terapia hormonal.

    9. Efectos sobre el peso corporal
    El aumento de peso es una preocupación común entre los pacientes que reciben terapia hormonal, especialmente las mujeres posmenopáusicas y las personas transgénero. Los estrógenos, ya sea en mujeres cisgénero o transgénero, pueden estar asociados con una redistribución de la grasa corporal hacia un patrón más femenino, con un aumento de la grasa en áreas como caderas, muslos y glúteos. Sin embargo, la evidencia sobre el impacto directo de la terapia hormonal en el aumento de peso no es concluyente.

    En hombres trans, la terapia con testosterona puede estar asociada con un aumento de la masa muscular y una disminución de la grasa corporal, pero también puede llevar a un aumento de peso general.

    10. Otros efectos secundarios comunes
    Además de las complicaciones graves mencionadas, la terapia hormonal también puede estar asociada con una serie de efectos secundarios más comunes, como:

    • Dolor de cabeza y migraña.
    • Sensibilidad mamaria.
    • Cambios en el deseo sexual.
    • Retención de líquidos.
    • Cambios en el patrón de sangrado menstrual en las mujeres que aún no han alcanzado la menopausia.
     

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