¿La terapia hormonal puede causar pérdida de masa muscular? La terapia hormonal es un tratamiento ampliamente utilizado en diversas condiciones médicas, como la menopausia, el hipogonadismo, el tratamiento de cánceres hormonosensibles, entre otros. No obstante, uno de los posibles efectos secundarios que preocupa a los médicos y a los pacientes es la posible pérdida de masa muscular durante la administración de estas terapias. La pérdida de masa muscular es un problema clínico de relevancia, ya que puede comprometer la funcionalidad física, aumentar el riesgo de caídas y fracturas, y reducir la calidad de vida. En este artículo, abordaremos en detalle los mecanismos detrás de la pérdida de masa muscular inducida por terapia hormonal, cómo varía según el tipo de terapia hormonal y los enfoques clínicos para mitigar estos efectos. Además, analizaremos las diferencias en la respuesta entre hombres y mujeres, así como las implicaciones de la terapia hormonal a largo plazo sobre la masa muscular. Efectos de la testosterona en la masa muscular masculina En los hombres, la testosterona es la principal hormona anabólica responsable de la síntesis de proteínas musculares y el mantenimiento de la masa muscular. Durante el envejecimiento, los niveles de testosterona disminuyen gradualmente, lo que contribuye a una reducción en la masa muscular, conocida como sarcopenia. Para contrarrestar este efecto, se puede administrar terapia de reemplazo de testosterona (TRT, por sus siglas en inglés). Sin embargo, no todos los pacientes responden de igual manera a esta terapia. La TRT puede ayudar a recuperar parte de la masa muscular perdida, pero su efectividad depende de múltiples factores, como la dosis, la duración del tratamiento y el estado de salud general del paciente. Estudios clínicos han demostrado que la TRT puede aumentar la masa magra y la fuerza muscular, especialmente en hombres con deficiencia grave de testosterona. Sin embargo, en algunos casos, una dosificación inadecuada o la falta de actividad física concomitante pueden limitar los beneficios del tratamiento o incluso causar una pérdida neta de masa muscular. Por otro lado, existen preocupaciones sobre los efectos a largo plazo de la TRT, particularmente en hombres mayores, ya que algunos estudios sugieren que el uso prolongado puede llevar a una mayor acumulación de grasa visceral, lo que a su vez puede acelerar la pérdida de masa muscular a través de mecanismos inflamatorios. Terapia hormonal en mujeres: Estrógenos y progesterona En las mujeres, los estrógenos y la progesterona juegan un papel crucial en la regulación del metabolismo muscular. Durante la menopausia, los niveles de estas hormonas disminuyen drásticamente, lo que a menudo resulta en una pérdida de masa muscular y un aumento en la grasa corporal. La terapia de reemplazo hormonal (TRH) con estrógenos y progesterona puede, en ciertos casos, prevenir o mitigar estos efectos, aunque la evidencia es variable. Los estrógenos tienen propiedades anabólicas indirectas en el tejido muscular al modular la inflamación y el estrés oxidativo, ambos factores implicados en la degradación de proteínas musculares. Diversos estudios han mostrado que las mujeres posmenopáusicas que reciben TRH tienden a preservar más masa muscular que aquellas que no la reciben. Sin embargo, al igual que en los hombres, la efectividad de la TRH en mujeres está influenciada por factores individuales como la genética, el nivel de actividad física y la dieta. Además, es importante considerar que no todas las formas de TRH tienen el mismo efecto sobre la masa muscular. Por ejemplo, las combinaciones de estrógenos conjugados y progesterona natural tienden a tener un mejor perfil en términos de conservación muscular que otras formulaciones. Sin embargo, algunos estudios han sugerido que el uso prolongado de TRH puede estar asociado con un riesgo aumentado de retención de líquidos y un aumento en la masa grasa, lo cual podría enmascarar los beneficios sobre la musculatura. Terapia hormonal y cáncer: Efectos secundarios sobre la masa muscular En pacientes con cáncer, particularmente en aquellos con cáncer de próstata y cáncer de mama hormonosensible, la terapia hormonal es un pilar en el tratamiento. Sin embargo, una de las principales preocupaciones es la pérdida significativa de masa muscular durante el curso del tratamiento. En el caso de los hombres con cáncer de próstata, se emplea la terapia de deprivación androgénica (ADT, por sus siglas en inglés) para suprimir la producción de testosterona y frenar el crecimiento tumoral. No obstante, la ADT está asociada con una pérdida acelerada de masa muscular y fuerza, lo que puede llevar a una condición de fragilidad muscular que aumenta el riesgo de caídas, fracturas y discapacidad. De manera similar, las mujeres con cáncer de mama que reciben tratamiento con inhibidores de la aromatasa para bloquear la producción de estrógenos también experimentan una pérdida de masa muscular. Esto es especialmente evidente en mujeres posmenopáusicas, quienes ya tienen un riesgo elevado de sarcopenia debido a la reducción natural de estrógenos. En estos casos, el uso concomitante de ejercicio de resistencia y estrategias nutricionales se convierte en una herramienta crucial para mitigar el impacto negativo de la terapia hormonal en la masa muscular. Mecanismos biológicos detrás de la pérdida de masa muscular inducida por terapia hormonal El catabolismo muscular relacionado con la terapia hormonal tiene una base multifactorial que involucra la regulación de varias vías metabólicas. Uno de los mecanismos principales es la activación de la vía de la ubiquitina-proteasoma, la cual es responsable de la degradación de proteínas musculares. Tanto la deficiencia de testosterona como la disminución de estrógenos y progesterona están asociadas con una mayor actividad de esta vía, lo que acelera la degradación de proteínas. Otro mecanismo implicado es la disminución de la síntesis de proteínas musculares. Las hormonas sexuales, como la testosterona y los estrógenos, actúan a través de receptores específicos en las células musculares, promoviendo la activación de la vía mTOR, una de las principales responsables de la síntesis proteica. Cuando se suprimen estas hormonas, ya sea por envejecimiento o por intervención médica, se reduce la señalización de mTOR, lo que contribuye a una menor capacidad de regeneración muscular. Además, las hormonas sexuales también modulan el metabolismo de la grasa corporal, y un aumento en la grasa visceral está vinculado a un estado inflamatorio crónico de bajo grado que potencia el catabolismo muscular. La inflamación mediada por citocinas, como la interleucina-6 (IL-6) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), juega un papel clave en la pérdida de masa muscular, exacerbando el daño muscular y disminuyendo la capacidad de síntesis proteica. Estrategias para mitigar la pérdida de masa muscular El manejo de la pérdida de masa muscular inducida por la terapia hormonal requiere un enfoque multidisciplinario. A continuación, se detallan algunas estrategias clínicas que pueden ayudar a prevenir o revertir la pérdida de masa muscular en pacientes que reciben terapia hormonal. Ejercicio físico El entrenamiento de resistencia es una de las intervenciones más efectivas para preservar y aumentar la masa muscular en pacientes que reciben terapia hormonal. Varios estudios han demostrado que programas de ejercicio de fuerza pueden revertir en gran medida la pérdida de masa muscular, incluso en pacientes oncológicos sometidos a tratamientos hormonales. Los ejercicios deben ser diseñados individualmente y pueden incluir levantamiento de pesas, entrenamiento con bandas elásticas o ejercicios de peso corporal. Nutrición Una nutrición adecuada es fundamental para mantener la masa muscular. El consumo adecuado de proteínas, en particular aminoácidos esenciales como la leucina, es clave para estimular la síntesis proteica. Se ha demostrado que una ingesta diaria de 1.2 a 1.6 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal es efectiva para preservar la masa muscular en pacientes que están en terapia hormonal. Además, la suplementación con vitamina D también puede ser beneficiosa, ya que tiene un papel importante en la función muscular. Terapias complementarias En algunos casos, puede ser necesario el uso de agentes farmacológicos adicionales para combatir la pérdida de masa muscular. Por ejemplo, los inhibidores de la miostatina, una proteína que regula el crecimiento muscular, están siendo investigados como una posible opción terapéutica para la sarcopenia inducida por tratamiento hormonal. Otros fármacos como los análogos de la hormona de crecimiento y los suplementos de creatina también han mostrado potencial para mitigar la pérdida de masa muscular en contextos específicos. Diferencias entre hombres y mujeres en la pérdida de masa muscular inducida por terapia hormonal Es importante destacar que la respuesta a la terapia hormonal varía significativamente entre hombres y mujeres debido a las diferencias en la fisiología hormonal y el metabolismo muscular. Los hombres, que tienen mayores niveles basales de testosterona, suelen experimentar una pérdida de masa muscular más pronunciada cuando se les suprimen los andrógenos, como en el caso de la ADT para el cáncer de próstata. En contraste, las mujeres, especialmente las posmenopáusicas, ya tienen niveles hormonales bajos, por lo que la pérdida adicional de masa muscular con la terapia hormonal puede ser menos perceptible, aunque sigue siendo clínicamente relevante.