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Testosterona en Gel: Preocupaciones de Seguridad y Uso Adecuado

Discussion in 'El Foro Médico' started by medicina española, Oct 1, 2024.

  1. medicina española

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    Preocupaciones de seguridad sobre el cambio de etiquetado en los geles de testosterona: Un análisis clínico

    En los últimos años, se ha producido un notable aumento en la prescripción de geles de testosterona para el tratamiento del hipogonadismo en hombres. Estos geles, que proporcionan una forma transdérmica de administrar testosterona, han sido preferidos por muchos debido a su conveniencia y su capacidad para mantener niveles estables de la hormona. Sin embargo, a medida que ha aumentado su uso, también han surgido preocupaciones de seguridad que han llevado a cambios en el etiquetado de estos productos. Estas modificaciones no solo buscan informar a los médicos y pacientes sobre los riesgos asociados, sino también reducir el uso inapropiado de la terapia con testosterona.

    En este análisis, abordaremos los principales factores de seguridad que han impulsado los cambios en el etiquetado de los geles de testosterona, examinaremos la base científica detrás de estas modificaciones y discutiremos las implicaciones clínicas para los médicos que prescriben estos productos. Además, proporcionaremos una visión general sobre cómo estos cambios pueden afectar la práctica clínica diaria y cómo los profesionales de la salud pueden educar mejor a sus pacientes.

    1. Riesgos cardiovasculares asociados con el uso de testosterona
    Uno de los principales factores que ha impulsado el cambio de etiquetado en los geles de testosterona son los posibles efectos adversos cardiovasculares. En 2015, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) emitió una advertencia sobre los riesgos potenciales de eventos cardiovasculares graves, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, en hombres que utilizan productos de testosterona. Esta advertencia fue el resultado de varios estudios que sugirieron una posible asociación entre la terapia con testosterona y un mayor riesgo de eventos cardiovasculares, particularmente en hombres mayores y en aquellos con enfermedades cardíacas preexistentes.

    Los estudios más influyentes incluyeron un ensayo clínico que fue interrumpido prematuramente debido a un aumento en los eventos cardiovasculares en el grupo que recibió testosterona, así como análisis de bases de datos de pacientes que encontraron un mayor riesgo de eventos cardíacos en hombres que usaban productos de testosterona. A pesar de estas preocupaciones, el vínculo entre la testosterona y el riesgo cardiovascular sigue siendo un tema de debate, ya que otros estudios no han encontrado un riesgo significativamente elevado.

    El cambio de etiquetado ahora incluye una advertencia más destacada sobre estos riesgos potenciales, lo que subraya la importancia de evaluar cuidadosamente el perfil cardiovascular de cada paciente antes de iniciar la terapia. Los médicos deben considerar factores como la hipertensión, la diabetes, la obesidad y la historia de enfermedades cardíacas antes de recetar testosterona. Además, se recomienda monitorear regularmente a los pacientes para detectar signos de complicaciones cardiovasculares durante el tratamiento.

    2. Uso inadecuado de la testosterona en hombres sin hipogonadismo confirmado
    Otro factor crítico que ha motivado el cambio de etiquetado es el uso inapropiado de los geles de testosterona en hombres que no tienen un diagnóstico confirmado de hipogonadismo. El hipogonadismo, que se caracteriza por niveles bajos de testosterona debido a la disfunción testicular o hipotalámica-hipofisaria, debe diagnosticarse mediante una combinación de síntomas clínicos y mediciones hormonales. Sin embargo, muchos hombres han estado recibiendo testosterona sin una evaluación adecuada de sus niveles hormonales, basándose únicamente en síntomas como la fatiga, la disminución de la libido o la falta de energía, que pueden ser causados por otras condiciones médicas o factores del estilo de vida.

    El nuevo etiquetado enfatiza que los productos de testosterona, incluidos los geles, no deben utilizarse en hombres que no tienen un diagnóstico claro de hipogonadismo. Esta advertencia es crucial para reducir el uso excesivo de testosterona en hombres que podrían no beneficiarse de la terapia y que, en cambio, podrían estar expuestos a riesgos innecesarios. Los médicos deben asegurarse de que los pacientes sean evaluados de manera exhaustiva, con pruebas hormonales matutinas que midan los niveles de testosterona total en más de una ocasión, antes de considerar la terapia con testosterona.

    3. Transferencia accidental de testosterona
    Un riesgo único asociado con los geles de testosterona es la posibilidad de transferencia accidental a otras personas, lo que ha llevado a cambios significativos en el etiquetado. Los geles de testosterona se aplican tópicamente y pueden permanecer en la piel durante varias horas después de la aplicación, lo que crea la posibilidad de que la testosterona se transfiera a otras personas a través del contacto piel con piel. Este riesgo es particularmente preocupante en el caso de mujeres y niños, quienes podrían desarrollar efectos adversos como hirsutismo, acné, agrandamiento de los genitales (en niños), e irregularidades menstruales (en mujeres) debido a la exposición accidental a la testosterona.

    El nuevo etiquetado incluye advertencias más claras sobre la importancia de tomar medidas para evitar la transferencia, como lavarse las manos inmediatamente después de aplicar el gel y cubrir las áreas tratadas con ropa. Además, se recomienda que los pacientes esperen al menos dos horas después de la aplicación antes de cualquier contacto piel con piel con otras personas. Estas precauciones son esenciales para minimizar el riesgo de exposición inadvertida a la testosterona, especialmente en el entorno familiar.

    4. Cáncer de próstata y crecimiento prostático benigno
    El impacto de la terapia con testosterona en la salud prostática ha sido otro tema de gran preocupación. Aunque no hay evidencia concluyente de que la terapia con testosterona aumente el riesgo de cáncer de próstata, se sabe que la testosterona puede estimular el crecimiento del tejido prostático, lo que podría agravar condiciones preexistentes, como la hiperplasia prostática benigna (HPB). Además, en hombres con cáncer de próstata no detectado, existe la preocupación de que la testosterona pueda acelerar el crecimiento del tumor.

    El etiquetado actualizado destaca la importancia de realizar evaluaciones prostáticas antes de iniciar la terapia con testosterona, incluidas mediciones del antígeno prostático específico (PSA) y exámenes físicos de la próstata. Los médicos deben ser cautelosos al recetar testosterona en pacientes con antecedentes de cáncer de próstata o con síntomas de crecimiento prostático, como dificultad para orinar. Un monitoreo regular durante el tratamiento también es esencial para detectar cualquier cambio en la salud prostática.

    5. Policitemia e incremento en el riesgo tromboembólico
    La terapia con testosterona puede inducir policitemia, una condición en la que el cuerpo produce demasiados glóbulos rojos. Esta situación aumenta la viscosidad de la sangre y eleva el riesgo de complicaciones tromboembólicas, como la formación de coágulos sanguíneos en las venas (trombosis venosa profunda) o en los pulmones (embolia pulmonar). El nuevo etiquetado incluye advertencias sobre la policitemia inducida por testosterona y recomienda realizar hemogramas completos periódicamente para monitorear los niveles de hematocrito y hemoglobina en pacientes que reciben terapia con testosterona.

    Los médicos deben suspender el tratamiento si los niveles de hematocrito exceden el 54%, ya que este es un umbral crítico para el riesgo trombótico. También es importante educar a los pacientes sobre los síntomas de complicaciones tromboembólicas, como el dolor en las piernas, la hinchazón o la dificultad para respirar, y alentar a buscar atención médica inmediata si se presentan estos síntomas.

    6. Impacto en la fertilidad masculina
    El uso de testosterona exógena, incluida la administración a través de geles, puede suprimir la producción endógena de testosterona y disminuir la espermatogénesis, lo que lleva a una reducción en la fertilidad masculina. Esto ocurre porque la administración exógena de testosterona inhibe el eje hipotálamo-hipofisario-gonadal, disminuyendo la secreción de gonadotropinas que son necesarias para la producción de esperma. Aunque este efecto puede ser reversible después de suspender la terapia, algunos hombres pueden experimentar una reducción prolongada en la fertilidad.

    El etiquetado actualizado advierte sobre este riesgo y recomienda que los médicos discutan con sus pacientes los posibles efectos adversos sobre la fertilidad antes de iniciar la terapia con testosterona. En hombres jóvenes que desean preservar su fertilidad, los médicos pueden considerar alternativas a la terapia con testosterona o medidas como la criopreservación de esperma antes de comenzar el tratamiento.
     

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